El perro y el hueso

febrero 8, 2007

Me aferro a su recuerdo como un perro a su hueso. Lo tengo enterrado bajo un árbol, y cuando nadie me ve lo desentierro y lo lamo un poco, y vuelta a enterrarlo. Ya casi no queda hueso que roer, es a saliva y a tierra el gusto que siento, y persistir es una manera de hundirme en el estancamiento, de impedir el cambio.


Faltante

agosto 29, 2006

Virilidad masculina. Y lo femenino?